Afirmaba Kotler que uno no consume un producto sino la imagen tiene del mismo. La imagen que se proyecta es un conjunto de variables en las que el nombre comercial es importante. En moda es muy común unir los nombres de las marcas con nombres de ciudades, de esta forma se asocia un nombre a lo que evoca y proyecta la cuidad. Estas ciudades suelen estar históricamente asociadas a la moda y suelen ser cuna de las mejores pasarelas del mundo.
Hace tiempo que Carolina Herrera vinculó su nombre a New York y Prada a Milán entre otras. Curiosamente en España el nombre mas vinculado a las marcas no es Madrid, lugar en el que se encuentra la pasarela patria más importante, sino Barcelona. Salvo Loewe Madrid las marcas prefieren la vanguardia catalana, desde Custo Barcelona hasta Mango Barcelona.
Se firman suculentos acuerdos con las ciudades en cuestión, aunque en mi opinión se debería cuidar más el lugar de producción, no sea que inexplicablemente un producto se vincule a Milán pero se produzca en Asia.

Hoy nos hemos despertado con la noticia de que Yves Saint Laurent perderá el Yves para convertirse en Saint Laurent Paris. No solo me parece un acierto la vinculación a la cuidad sino que demuestran que quieren mirar al futuro y afortunadamente sin modificar el logo. No es una tragedia, tan solo es el nombre comercial de una empresa. Yves, desafortunadamente, ya no está, lo mantengan en el nombre ó no.