Creo que tras la presentación que ha hecho Sidney Toledano, presidente de Dior, del último desfile de prêt-à-porter de la maison, celebrado hoy en París, y según lo que cuenta Eugenia de la Torriente en El País, es del todo imposible que Galliano vuelva a ser el diseñador de la casa francesa. Y me parece lo lógico.
Igual me equivoco, pero en mi opinión sería mucho pedir tanto a la firma, como a su presidente y última musa, perdonar semejante actitud y desdecirse, se rehabilite, como se rumorea, o no el gibraltareño. Sobre todo, una vez se ha sabido que no fue cosa de una sola noche, sino que el diseñador se atrevió también con sus insultos antisemitas con una cliente.
Trabajadores del taller de Christian Dior, a los que el presidente de la firma se ha referido como los autores de la última colección, saludan al final de desfile celebrado hoy en París.
Pendiente de jucio por injurias raciales y desaparecido en combate, parece que John Galliano ha contratado al abogado londinense Gerrard Tyrrell, el mismo al que acudió Kate Moss tras su escándalo en 2005.Claro, que consumir concaina y andar insultando a los judíos, ensalzando a Hitler y rememorando las cámaras de gas en un país como Francia en el que cualquier forma de antisemitismo se considera delito son cosas muy distintas. El jucio desde el punto de vista laboral (despido procedente o improcedente, ya sabéis) no sé quién lo ganará, pero estando como estoy en contra del consumo de dogras, no me parece ni de lejos la misma situación en la que se vió Kate Moss.
El cierre del desfile de hoy de Christian Dior pone fin a una relación llena de éxitos y algún fracaso. Antes que Galliano hubo grandes diseñadores al cargo de Dior y sabíamos que los habría después, pero qué lamentable que haya tenido que acabar así.
Foto de Pascal Le Segretain (Getty Images) vía El País